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Encontrarán aquí ficciones breves, cuentos brevísimos que he venido escribiendo, la mayoría en el marco del "Taller de La Marina de Ciudad Ficticia" que ha sido y es mi hogar literario desde hace muchos años.
miércoles, 3 de agosto de 2011
Sol de otoño
Se observa con cuidado en el espejo, aplica crema humectante sobre el rostro y lo cubre de maquillaje; pasa el corrector de ojeras; ruboriza las mejillas y acaricia la tersura de su piel. Colorea los ojos en la gama del azul; dibuja una línea negra a su alrededor; unta con máscara las pestañas y comprueba que su mirada se ve sugestiva. Con el rouge dibuja unos labios carnosos y ensaya una sonrisa provocativa; da un toque marrón a las cejas y ahora sí está lista. Se contempla nuevamente de cuerpo entero, hace delicados mohines al cristal, otorga con un polvo rosado su último retoque al mentón y la nariz. Por último unas gotas de perfume detrás de las orejas y en las muñecas. Mira el reloj y comprueba que llegará cuarenta minutos tarde a la reunión de trabajo. Pero no importa, ella se siente diez años más joven para enfrentar la vida.
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12 comentarios:
Si es lo que necesitaba, bien hecho está.
El título es la frutilla de la torta: exquisito!
Abrazos, Elise
Me gustó la descripción frente al espejo y se me ocurrió un giro medio loco. Te lo paso. Abrazo. Mario Sorsaburu.
Se observa con cuidado en el espejo, aplica crema humectante sobre el rostro y lo cubre de maquillaje; pasa el corrector de ojeras; ruboriza las mejillas y acaricia la tersura de su piel. Colorea los ojos en la gama del azul; dibuja una línea negra a su alrededor; unta con máscara las pestañas y comprueba que su mirada se ve sugestiva. Con el rouge dibuja unos labios carnosos y ensaya una sonrisa provocativa; da un toque marrón a las cejas y ahora sí está lista. Se contempla nuevamente de cuerpo entero, hace delicados mohines al cristal, otorga con un polvo rosado su último retoque al mentón y la nariz. Por último unas gotas de perfume detrás de las orejas y en las muñecas. Mira el reloj y comprueba que llegará cuarenta minutos tarde, se anuda el panuelo para tapar su prominente nuez de Adán, revisa su labio superior por cuarta vez y comprueba con agrado que no hay rastro de bozo. Más mujer que nunca se sintió esa maniana. Y feliz.
A vos te esperaría con sumo placer los cuarenta minutos, no porque necesites el maquillaje, sino simplemente porque las mujeres coquetas son encantadoras ;)
Por otra parte, me gusta mucho la mini porque viene a demostrar que un texto corto, contra lo que se dice habitualmente, si es trabajado de manera adecuada puede sostenerse casi como pura descripción. Lo sumo a mi microteca.
PD. El giro que te propone Mario lleva la mini por otro derrotero, por lo demás innecesario.
Patricia, muchas gracias amiga, un beso.
Mario: ya te lo coemté en el Face, tengo una con el tema que propones, la subiré pronto. Un abrazo y muhas gracias por visitarme.
Gabriel, el maquillaje es algo a lo que estoy acostumbrada (el teatro vio?). Pero es un ritual innevitable en las mujeres. He visto una amiga maquillarse los labios sin espejo y manejando, con una habilidad increíble.
Aprecio tu comentario sobre todo por lo de que se sostiene a pesar de que es una total descripción.
Cariños.
Cuando lo empecé a leer, pensé que se trataba de aquel otro al que hacés mención en el comentario a Mario. Pero no. Creo que a éste no lo había leído. Me gusta, tan visual. Un verdadero ritual para enfrentar lo que viene. Excelente título.
Un fuerte abrazo.
entonces que llegue tarde... o diez años antes !!! Buenísimo Elise!!
Gracias Sandra, compatriota!! jajaj
¡Gracias Mónica! Un beso
Bonita minificción aparte, no había visto que añadiste uno de mis blogs, gracias amiga...
¡Ah!, y saluditos.
¡¡Rubén!! Allí estás en mi lista de blog, atenta a cuando publiques una mini. Saluditos y cariños, amigo.
Un micro muy bello y elegante. Y se disfruta esa descripción sin esperar más, sin importar si al final hay algún giro inesperado o algo que remate la historia. Se disfruta.
Un abrazo.
Gracias Sara, bienvenida a mi blog. te mando un beso.
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