Eleonora
abrió la puerta al hombre de sus sueños, que traía entre sus manos un ramo de
margaritas. Presurosa, deshojó una a una cada flor.
—... me quiere, no me quiere, me quiere... ¡No me quiere! —y el definitivo pétalo se escurrió sin esperanza entre sus dedos.
Él se fue muy triste, estaba ilusionado con amarla. Ella se durmió de nuevo, quería volver a soñar.
—... me quiere, no me quiere, me quiere... ¡No me quiere! —y el definitivo pétalo se escurrió sin esperanza entre sus dedos.
Él se fue muy triste, estaba ilusionado con amarla. Ella se durmió de nuevo, quería volver a soñar.
Minificción que obtuvo mención en el Concurso de La Marina en julio de 2004. Jurado: Raúl Brasca